SINTOMAS OCULARES de la ENFERMEDAD DE PARKINSON
Publicado de Dr. Medín Catoira en Enfermedades · 7 Enero 2023
La enfermedad de Parkinson puede asociarse con alteraciones oculares secundarias que pueden dar lugar a molestias o disconfort en la vida diaria de los pacientes y que, muchas veces, pueden no ser adecuadamente tenidos en cuenta por el propio paciente y/o sus cuidadores.
En los estados iniciales de la enfermedad, cuando todavía ésta puede no haber sido todavía diagnosticada por los neurólogos, el paciente puede acudir a la consulta por molestias tales como la sensación de ojo seco o irritación, que pueden estar relacionadas tanto con el propio ojo seco derivado de la disminución de la secreción de las glándulas lagrimales, como de problemas neurológicos relacionados con la disminución de la velocidad de parpadeo.
Los pacientes de Parkinson tienden a tener una velocidad de parpadeo reducida y los pacientes con parálisis supranuclear progresiva (PSP) tienen una velocidad de parpadeo aún más lenta. En promedio, las personas normales parpadean entre 14 y 15 veces por minuto, pero un paciente con Parkinson o PSP solo puede parpadear tres o cuatro veces por minuto. Esto da lugar a una película lagrimal deficiente, mal distribuida y con un aumento de exposición a la evaporación, circunstancias que si se asocian a una disminución de la producción lagrimal pueden dar lugar a una situación crítica en la lubricación de la superficie ocular.
Y estas deficiencias van a acompañarse no sólo de las habituales sensaciones de roce, arenilla, cuerpo extraño, irritación o enrojecimiento ocular, sino también de una pérdida de nitidez de la imagen percibida.
Es por ello importante tener en cuenta la tasa de parpadeo (número de veces que se parpadea por minuto) en cualquier exploración oftalmológica consecuente a sintomatología compatible con ojo seco, ya que el paciente puede estar en los estados iniciales de la enfermedad y ésta puede no haber sido todavía diagnosticada.
Por otra parte, la enfermedad puede acompañarse de disfunción motora ocular que puede manifestarse como insuficiencia de convergencia, disfunción sacádica y micro sacádica, problemas con la fijación y también con los movimientos de búsqueda suave.
Asimismo, en el fondo de ojo, puede haber un adelgazamiento retiniano debido a la disfunción dopaminérgica en la capa de la retina, en cuyo caso los pacientes pueden tener una sensibilidad de contraste reducida, al tiempo que este adelgazamiento de la retina, que a veces puede simular un glaucoma.
Es posible igualmente que algunos pacientes puedan manifestar alucinaciones visuales, si bien éstas suelen manifestarse en los estados más avanzados de la enfermedad. Es importante preguntar a los pacientes si perciben estas alucinaciones e informarles que son producto de la enfermedad. Estos pacientes tienen además más probabilidades de necesitar cuidados.
Finalmente, es esencial una adecuada corrección de los defectos visuales para la optimización de la agudeza visual del paciente, ya que los ojos se vuelven realmente importantes para los pacientes afectos de Parkinson, y una de las principales es la progresiva dependencia del sistema visual para calcular su dirección y movimientos a medida que se pierde su movilidad debido a la progresión de la enfermedad, y se incremente su dificultad para mover el cuello o el propio cuerpo.
Esta información es orientativa. Para una información personalizada consulte a su oftalmólogo.
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